miércoles, 27 de junio de 2007

Al Reventador, al infierno verde


Volcan= piedras




Bueno tras el rafting y dar una vuelta por Tena me fui para el Reventador, tras unas 7 horas de viaje llege a un pueblo en medio de la nada, donde no habia nada que hacer (últimamente frecuento mucho esta clase de pueblos), tras una hora por alli me fui a la hosteria que se encuentra a unos 40 kilómetros del pueblo. La sensación que tuve al llegar allí fue como la que tuvo Marion Crane al llegar al hotel de Norman Beits (en este caso Joselo) en Psicosis. Un conjunto de casas separadas una lobrega pistina con tobogán y un sombrio propietario, que vivía alli con su mujer y el guía. Tenía también varias piscinas donde alimentaba peces (truchas, carpas y pirañas), me deleitó con una demostración tirándo una trucha muerta a la piscina, se al principio no tocaban el cadaver flotante, una le dio un mordisco y empezo la tempestad algunas hasta saltaban de la piscina co, recordaré siempre como Joselo miraba extasiado el cadáver de una trucha siendo devorado por un enjambre de rabiosas pirañas diciéndo se comen lo que sea que les tires verdura, plástico todo...(yo por mi parte pensaba en que pasaría si les tirabas una bolsa de pirulas, ahí si se volverián locas).


Bueno al dia siguiente fuí con el guia Victor al volcán, el calculaba unas 6 horas ida y vuelta ,muy bien pensaba yo, descubrí pronto que el bosque húmedo del oriente dista bastante del bosque húmedo que conocía yo. Lo primero es que ya no había camino en el sentido estricto de la palabra, tras la erupción del 04 el camino dejó de transitarse y ha quedado cerrado, tan solo Victor pasa por alli de vez en cuando, pensé que estaría bien porque no era una excursión organizada de las que detesto, en efecto, pensaba que la sensación podría parecer a los viejos tiempos, el indio delante limpiando el camino con el machete y Orellana detrás disfrutando del camino. Una mierda, el lodo hasta las rodillas, yo intentando sacar la bota con mucho esfuerzo, tan solo para intentar sacar la otra, en ese momento ví lo que debió ser el pasado de los conquistadores; el pie hasta la rodilla en el fango intentando sacarlo (a ser posible con la bota) y un mosquito que se mete en la nariz (curiosa y enojosa afición de los chupopteros lugareños).


Tras una dura caminata tras pasar rios, trepar barrancos de lodo y tal, llegamos a la zona de lava. Ahora creo que merecio la pena (pero entonces solo queria volver, eso si no lloré nada, porque recuerdo la sabia opinión del Furón; Odio a los que se quejan cuando van andando, si estamos de vuelta ¿de que sirve que te quejes? solo para molestar a los que te acompañan.



Si Tu haz fotets que esta noche seras pasto de las pirañas



Si me hubiese quejado dificílmente le hubiera impostado a Victor que siempre andaba muy por delante mio, incluso a veces lo di por perdido. Yo por mi parte tenía suficiente con no caerme (todo estaba impregnado de un musgo verde superresvaladizo y yo caminaba como un pato borracho). Tras esto me fui a Lago Agrio, una población de reciente construcción cuyo boom reside en los yacimientos de Petroleo del oriente, explotados por varias multinacionales gringas y de Europa. A dos metros de la carretera se ve el oleoducto de la única empresa de Ecuador que explota el oro negro. EL de las multinacionales está soterrado a una media de 4 o 5 metros por debajo de la Tierra. Estos oleoductos cruzan la cordillera de los Andes y desembocan en el Pacifico. Los pueblos que atraviesan son de extrema pobreza, casas de tablones por paredes y chapas de metal como techo, me parce indignante esta miseria dirigida, ver como unos pocos del pais se enriquecen a manos llenas, me irrito verlos en Quito oir comose preocupaban por fribolidades que si el cine de Jodorowsky, que si tal concierto, su universidad católica sus cursos en el extrangero, que si habia muchos vagos en este pais... Y mas me irrita ver ahora el oleoducto, llevando oro de la tierra de los niños descalzos a las cuentas de estos Hideputas follones. (yo pienso que se necesita una vuelta el grupo Alfaro vive carajo, una especie de brigadas rojas light que aparecio en Ecuador en los 80, porque esto Correa no lo cambia ni jarto).

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